La palabra trabajo es diferente a
elaboración
CAPÍTULO VI - EL
TRABAJO DEL SUEÑO.
se
«entrecruzan mil y mil hilos, -van y vienen las lanzaderas, -manan
invisiblemente las hebras - y un único movimiento establece mil enlaces.»
(Goethe: 'Faust'
La palabra trabajo es diferente a
elaboración y aquí nos va a mostrar el trabajo del sueño, cuales son sus medios
de producción.
Comienza este
capítulo:
Diciendo que todos
los anteriores estudios sobre los sueños se enlazaban directamente al contenido
manifiesto y es él el primero, en partir de un diferente punto inicial:
Dice, “Para
nosotros se interpola entre el contenido onírico y los resultados de nuestra
observación un nuevo material psíquico: el contenido latente o ideas latentes
del sueño que nuestro procedimiento analítico nos lleva a descubrir. De este
contenido latente y no del manifiesto es del que desarrollamos la solución del
sueño. Así, pues, se nos presenta también una nueva labor que no se planteaba a
los autores anteriores: la de investigar las relaciones del contenido
manifiesto con las ideas latentes y averiguar por qué proceso ha surgido de
estas últimas aquel primero.
Las ideas latentes
y el contenido manifiesto se nos muestran como dos versiones del mismo
contenido, en dos idiomas distintos, o, mejor dicho, el contenido manifiesto se
nos aparece como una versión de las ideas latentes a una distinta forma
expresiva, cuyos signos y reglas de construcción hemos de aprender por la
comparación del original con la traducción. Las ideas latentes nos resultan
perfectamente comprensibles en cuanto las descubrimos. En cambio, el contenido
manifiesto nos es dado como un jeroglífico, para cuya solución habremos de
traducir cada uno de sus signos al lenguaje de las ideas latentes.
Incurriríamos, desde luego, en error si quisiéramos leer tales signos dándoles
el valor de imágenes pictóricas y no de caracteres de una escritura
jeroglífica.
Quién viene? 1 SOL DADO
Ante estas
imágenes podríamos expresar la crítica de que tanto su yuxtaposición como su
presencia aislada son absurdas e insensatas. Pero estas objeciones dependen de
que formamos sobre el jeroglífico un juicio equivocado. Así, pues, habremos de
prescindir de ellas y adaptarnos al verdadero carácter de aquél, esforzándose
en sustituir cada imagen por una sílaba o una palabra susceptibles de ser
representadas por ella. La yuxtaposición de las palabras que así reuniremos no
carecerá ya de sentido,
LA LABOR DE CONDENSACIÓN:
Lo Primero que la
comparación del contenido manifiesto con las ideas latentes evidencia al
investigador es que ha tenido efecto una magna labor de condensación. El sueño
es conciso, pobre y lacónico en comparación con la amplitud y la riqueza de las
ideas latentes.
Contra el aserto
de que la desproporción entre contenido manifiesto e ideas latentes nos fuerza
a deducir que en el trabajo del sueño ha tenido efecto una amplia condensación
del material psíquico, podría elevarse una objeción, a primera vista muy
plausible. Pudiera, en efecto, alegarse la impresión que con tanta frecuencia
experimentamos de haber soñado muchas cosas a través de toda la noche y haber
olvidado después la mayor parte. De este modo el sueño que al despertar recordamos
no sería sino un resto del total trabajo onírico, lo cual, recordado por
entero, presentaría una amplitud igual al de las ideas latentes. Hay aquí una
parte de verdad, pues la observación de que cuando más fielmente nos es dado
reproducir un sueño es cuando intentamos recordarlo inmediatamente después de
despertar, mientras que conforme avanza el día va haciéndose su recuerdo cada
vez más vago e incompleto, es rigurosamente cierta. Pero, por otro lado,
podemos comprobar que el sentimiento de haber soñado mucho más de lo que
podemos reproducir reposa muchas veces en una ilusión, cuyo origen aclararemos
más adelante.
Ante la
extraordinaria cantidad de ocurrencias que el análisis aporta con respecto a
cada elemento del contenido onírico surgirá en nuestros lectores la duda de si
podemos considerar como perteneciente a las ideas latentes todo aquello que a
posteriori se nos ocurre durante la labor analítica; esto es, si debemos
suponer que todas estas ideas se hallaban ya en actividad durante el reposo y
contribuyeron al trabajo del sueño, o si no es mucho más verosímil que durante
dicho trabajo surjan nuevas asociaciones de ideas que no tomaron parte alguna
en la constitución del mismo. Sólo condicionalmente podemos agregarnos a esta
duda. Es, desde luego, cierto que durante el análisis surgen por primera vez
algunas asociaciones, pero siempre nos es dado comprobar que tales nuevas
conexiones sólo se establecen entre ideas que se hallaban ya enlazadas de otra
manera en el contenido latente. Las nuevas conexiones no son sino contactos o
corto circuitos facilitados por la existencia de otros caminos de enlace más
profundos. Con respecto a la mayor parte de las masas de ideas descubiertas en
el análisis, nos vemos obligados a reconocer que han actuado ya en la elaboración
del sueño; pues cuando hemos seguido una cadena de tales pensamientos, que
parecen exentos de todo nexo con dicha elaboración, tropezamos bruscamente con
una idea que se halla representada en el sueño, es indispensable para el
tarabajo del mismo y no resulta accesible sino por la persecución de dicha
serie de pensamientos, ajena en apariencia a la formación del producto onírico.
Recuérdese a este respecto el sueño de la monografía botánica, que se nos
muestra como el resultado de una asombrosa condensación, aunque no hemos
comunicado su análisis sino fragmentariamente.
Pero entonces, ¿cómo hemos de representarnos
el estado psíquico que durante el reposo precede al soñar? Las ideas latentes,
¿aparecen dadas en conjunto o son recorridas de un modo sucesivo? ¿No podrá ser
también que, partiendo de diversos centros, se constituyan varias cadenas de
ideas simultáneas, que luego se unan en un punto dado? A mi juicio, no tenemos
necesidad ninguna de crearnos una representación plástica del estado psíquico en
la elaboración onírica. Bastará con no olvidar que se trata del pensamiento
inconsciente y que el proceso puede ser muy distinto del que percibíamos en
nosotros en la reflexión voluntaria acompañada de conciencia.
De todos modos, el hecho es que el trabajo del
sueño reposa sobre una condensación permanente inquebrantable. Ahora bien:
¿cómo se lleva a cabo tal condensación?
Si reflexionamos
que de las ideas latentes halladas sólo una minoría queda representada en el
sueño por uno de sus elementos de representación, habríamos de concluir que la
condensación se verifica por exclusión, no siendo así el sueño una fiel
traducción o una proyección, punto por punto, de las ideas latentes, sino una
reproducción harto incompleta y llena de lagunas de las mismas. Este juicio es,
sin embargo, como pronto veremos, harto equivocado. Pero tomémoslo al principio
como base y continuemos preguntándonos: si al contenido manifiesto no llegan
sino pocos elementos de las ideas latentes, ¿qué condiciones determinan la
selección de las mismas? Para contestar a esta interrogación examinaremos
aquellos elementos del contenido manifiesto que tienen que haber cumplido tales
condiciones. El material mejor para esta investigación será, sin duda, un sueño
en cuya elaboración haya tenido efecto una condensación particularmente
enérgica. Elegiremos el de la monografía botánica, expuesto antes del capítulo
V
MONOGRAFÍA (ciclámenes)
BOTÁNICA
Proceden de las
impresiones del día del sueño. El c. Manifiesto omite cíclamenes)
-estudio sobre la
coca: escrito redactado para el laboratorio
a mi
amigo el oculista K.: interrumpida conversación: y todos los
diversos
pensamientos sobre el pago de los servicios
médicos
entre colegas
Esta conversación
es el verdadero estímulo onírico actual. La monograma sobre los ciclámenes es
también una actualidad, pero de naturaleza indiferente. Resulta, pues, que la
«monografía botánica» del sueño se demuestra como un elemento común intermedio
entre ambos sucesos diurnos, tomado sin modificación alguna de la impresión
indiferente y enlazado con el suceso psíquicamente importante por amplísimos
enlaces de asociaciones.
Pero no sólo la
representación compuesta monografía botánica, sino también aisladamente cada uno
de sus elementos, botánica y monografía, van profundizando más y más, por medio
de múltiples asociaciones, en la madeja de ideas latentes.
MONOGRAFÍA
BOTÁNICA
Al elemento botánica pertenecen los recuerdos
relativos a la persona del profesor Gaertner (jardinero), a su floreciente
mujer, a aquella paciente mía cuyo nombre era Flora y la señora de la que
relaté la historia de las flores olvidadas. El elemento Gaertner me conduce
nuevamente al laboratorio y a la conversación con Königstein, a la que
pertenece asimismo la mención de mis dos pacientes. De la señora de las flores
parte un camino mental hasta las flores preferidas de mi mujer, punto en el que
converge también otro camino cuyo punto de partida es el título de la
monografía vista en la vigilia. El elemento «botánica» recuerda, además, el
episodio del herbario y un examen de mi época universitaria, y un nuevo tema
tratado en mi conversación con el oculista -el de mis aficiones- se enlaza por
mediación de la alcachofa, a la que humorísticamente llamo mi flor preferida, a
la concatenación de ideas por parte de las flores olvidadas. Detrás del
elemento «alcachofa» se esconde, en primer lugar, el recuerdo de Italia, y en
segundo, el de una escena infantil que inició mis relaciones, tan íntimas
luego, con los libros. Así, pues, botánica es un verdadero foco de
convergencia, en el que se reúnen para el sueño numerosas series de ideas, cuyo
enlace quedó efectuado en mi conversación con Königstein. Nos hallamos aquí en
medio de una fábrica de pensamientos en la que, como en una obra maestra de
hilandería y según los famosos versos, se
«entrecruzan mil y mil hilos, -van y vienen las lanzaderas, -manan
invisiblemente las hebras - y un único movimiento establece mil enlaces.»
(Goethe: 'Faust'.) El elemento «monografía» del sueño procede a su vez de
dos temas: lo unilateral de mis estudios y lo costoso de mis aficiones.
De este primer
examen sacamos la impresión de que los elementos «monografía» y «botánica» han
sido acogidos en el contenido manifiesto por ser los que presentan más
considerable número de contactos con la mayoría de las ideas latentes,
constituyendo así puntos de convergencia en los que van a reunirse muchas de
tales ideas; esto es, por entrañar con respecto a la interpretación una
multiplicidad de significaciones. Expresando en forma distinta el hecho en que
basamos esta explicación, podemos decir que cada uno de los elementos del
contenido manifiesto demuestra hallarse sobredeterminado y múltiplemente representado en las ideas
latentes. Investigando la emergencia de los demás elementos del sueño en las
ideas latentes realizamos aún nuevos descubrimientos. La lámina en colores
contenida en la página por la que abro el libro se refiere (véase el análisis)
a un nuevo tema, la crítica de mis obras por mis colegas; a otro ya
representado en el sueño, mis aficiones, y al recuerdo infantil de la
destrucción de un libro que tenía láminas de colores. El espécimen disecado de
la planta se refiere al suceso del herbario escolar y hace resaltar este
recuerdo con especial energía. Veo, pues, de qué género es la relación entre el
contenido manifiesto y las ideas latentes: no sólo se hallan múltiplemente
determinados los elementos del sueño por las ideas latentes, sino que cada una
de éstas se halla asimismo representada en el sueño por varios elementos. De un
elemento del sueño conduce el camino de asociación a varias ideas latentes y de
una idea latente, a varios elementos del sueño. Así, pues, la elaboración no se
verifica suministrando cada una de las ideas latentes o cada grupo por ellas
formando una abreviatura destinada al contenido del sueño -como los habitantes
de una nación eligen diputados que los representen en Cortes -, sino que la
completa totalidad de las ideas latentes es sometida a cierta elaboración
conforme a la cual los elementos más firmes y eficazmente sustentados quedan
situados en primer término para su acceso al contenido manifiesto,
procedimiento análogo al de elección por listas electorales. Cualquiera que sea
el sueño que sometamos a esta disección, confirmaremos los mismos principios;
esto es, que los elementos del contenido manifiesto quedan constituidos a
expensas de la totalidad de las ideas latentes y cada uno de ellos se muestra
múltiplemente determinado con relación a dichas ideas.
Un bello
sueño<)
Segund oejemplo
para el estudio de la condensación en el
trabajo del sueño. Sueño de las señora...)
En los tres sueños
cuya comunicación antecede ha hecho resaltar, subrayándolos, aquellos elementos
del contenido manifiesto que retornan en las ideas latentes, mostrando así,
evidentemente, la múltiple relación de los mismos. Pero dado que en ninguno de estos
sueños se ha llevado a término el análisis, creemos conveniente realizar igual
labor en un sueño cuyo análisis hallamos comunicado más minuciosamente,
demostrando en él la sobredeterminación de su contenido. Con este objeto
elegiremos el sueño de la inyección de Irma, ejemplo en el que reconocemos sin
esfuerzo que la labor de la condensación se sirve, en el trabajo del sueño, de más de un único medio.
Todas estas
personas con las que tropiezo al perseguir el elemento «Irma» no entran
corporalmente en el sueño, sino que se esconden detrás de la persona onírica
«Irma», que queda constituida de este modo como una imagen colectiva con rasgos
contradictorios. Por mi atribución a Irma de todos aquellos recuerdos míos
referentes a aquellas otras personas sacrificadas en el proceso de
condensación, queda convertida en representante de las mismas.
La constitución de tal persona colectiva, para los fines
de la condensación onírica, puede llevarse también a cabo fundiendo en una
imagen onírica los rasgos actuales de dos o más personas. De este modo es como
ha surgido el doctor M. de mi sueño. Este personaje lleva el nombre del doctor
M. y habla y actúa como él, pero su aspecto físico y sus padecimientos
corresponden a otra persona: a mi hermano mayor. Un único rasgo, la palidez, se halla
doblemente determinado, siendo común en la realidad a ambas personas. Un
análogo personaje mixto es el doctor R. en el sueño de mi amigo, que es mi tío.
Pero en este caso ha quedado constituida la imagen onírica de un tercer modo diferente.
No he reunido rasgos físicos del uno con otros del otro, disminuyendo así la
imagen mnémica de cada uno en determinados detalles, sino que he puesto en
práctica el procedimiento seguido por Galton para lograr sus retratos de
familia; esto es, proyectar ambas imágenes una sobre otra, con lo cual
resaltan, acentuados, los rasgos comunes y se destruyen los diferentes,
apareciendo sólo vagamente en la imagen. De este modo resalta, acentuada, como
rasgo común en la vaga fisonomía formada por superposición de las dos personas
diferentes, la barba rubia, detalle que contiene, además, una alusión a mi
padre y a mí mismo, facilitada por la relación al encanecimiento.
La constitución de personas colectivas y mixtas es uno de
los principales medios de que se sirve la condensación onírica. No tardaremos en
tener ocasión de ocuparnos nuevamente de ella en relación con otras cuestiones.
La asociación «disentería» en el sueño de la inyección se halla también
múltiplemente determinada: de una parte, por similicadencia parafásica con
«difteria» (Dysenterie-Diphaérie), y de otra, por la relación con el paciente
enviado por mí a Egipto y cuya histeria logra burlar al médico. La mención de
la propilena en el sueño se demuestra también como un interesante caso de
condensación. Lo que las ideas latentes contenían no era propilena sino
amilena. Pudiera creerse que no ha tenido aquí efecto, en la elaboración del
sueño, más que un sencillo desplazamiento. Así, es, en efecto; pero este
desplazamiento se halla al servicio de los fines de la condensación, como lo
prueba el siguiente apéndice que aquí agregamos al análisis de este sueño.
Deteniendo mi atención un momento más en la palabra propilena, se me ocurre que
es similicadente a propileos (Propylen-Propiläen). Con esta palabra se alude no
solamente a Atenas, sino también a Munich. A esta última ciudad fui un año
antes de mi sueño, con ocasión de una grave enfermedad de mi amigo. La
intervención de este último en mi sueño se hace luego indiscutible por la
emergencia del elemento trimetilamina, que surge poco después de propilena.
Para la formación
de este producto intermedio se ha llevado a cabo un desplazamiento de la
atención desde lo realmente pensado a un elemento próximo en la asociación.
El estudio del sueño de la inyección presenta ya más claramente a
nuestros ojos los procesos de condensación que tienen efecto en el trabajo del
sueño. Hemos podido reconocer, como peculiaridades de la labor de condensación
de selección de los elementos repetidamente emergentes en las ideas latentes,
la formación de nuevas unidades (personas colectivas y productos mixtos) y la
constitución de elementos comunes intermedios.
¿Para qué sirve la condensación y qué es lo que la
impulsa? Son interrogaciones que nos plantearemos cuando emprendamos el estudio
en conjunto de los procesos psíquicos que se verifican en el trabajo de los
sueños. Por ahora nos contentaremos con dejar establecida la condensación
onírica como una singular relación entre las ideas latentes y el contenido
manifiesto de los sueños. La labor de condensación del sueño se hace más que
nunca
evidente cuando toma objetos palabras y nombres. Las palabras son tratadas con
frecuencia por el sueño como si fueran cosas, y sufren entonces iguales
uniones, desplazamientos, sustituciones y condensaciones que las representaciones
de cosas. Resultado de estos sueños es la creación de formaciones verbales
singularísimas y a veces muy cómicas.
EXCLUSIÓN OMISIÓN
FUSION
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